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Compartir en Facebook Compartir en Twitter Compartir en LinkedINLa Navidad es la época en que tradicionalmente se consume más champagne y según se acerca crece la curiosidad por conocer todos los detalles necesarios para degustar y disfrutar, elegantemente y en compañía, de esta exclusiva bebida.
Para estar seguros de cómo servir un champagne en óptimas condiciones y hacer que todos los comensales de la mesa disfruten del momento, la Casa de Champagne Louis Roederer ofrece unas indicaciones básicas imprescindibles:
A un buen champagne se le ha de mimar desde el principio, prestando especial cuidado y atención tanto en el transporte como en el almacenaje. En este sentido, es importante almacenarlo a una temperatura constante. Si no se dispone de bodega o cava electrónica, guardarlo en un sitio sin cambios drásticos de temperatura. Es un elemento esencial que podría estropear el producto.
Para servirlo, lo ideal es mantenerlo a una temperatura de siete grados unas tres horas antes de abrir una botella. En caso de que no dispongamos de dicho tiempo, una buena alternativa es conservar el champagne en una bolsa con agua y hielo unos veinte minutos.
Una vez bien frío, llega el arte de descorcharlo. Manteniendo siempre un dedo sobre el tapón, se desenrosca el alambre pero no se quita. Esto es importante porque el alambre aporta sujeción e impide que el corcho resbale en la mano. Seguidamente, se inclina la botella unos 45 grados mientras se sujeta el corcho con la mano izquierda (si se es diestro) y se gira la botella con la mano derecha, siendo mucho más fácil de abrir de esta forma. No debe encararse el cuello de la botella hacia los invitados, sino que debe ser descorchada debidamente con discreción, sin golpes ni sonidos fuertes.
Es el momento de servirlo. Siempre se hará por el lado derecho del comensal, girando ligeramente la muñeca cuando se esté terminando de servir el champagne, para evitar que la botella gotee. Aunque lo cierto es que en la mayoría de los hogares se deja la botella en el centro de la mesa para que cada invitado se sirva la cantidad que desee.
Para mantener la temperatura deseada del champagne la opción más acertada es contar con una cubitera. ¿Cómo debe prepararse? Lo más sencillo y correcto es llenarla con dos tercios de agua y añadir cubitos de hielo, dejando un margen de diez centímetros hasta el borde. En el caso de que se meta una botella que venga de temperatura ambiente se puede añadir un poco de sal a la cubitera para acelerar el proceso de enfriamiento. No es recomendable utilizar el congelador.
Por último, y como no podía ser de otra forma, es importante tener en cuenta también el aspecto estético. Del mismo modo que se cuida la mantelería, decoración y todo el menaje para que nuestras mesas queden perfectas, la cubitera no debe ser menos.
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